UNA OSCURIDAD BRILLANTE

Ya es de noche, todo está en silencio y sólo quedan los olivos debajo de nuestro vuelo brillante. Sincronizamos nuestras luces y salimos a la naturaleza acompañando con nuestra luz la única que queda fuera, la luz imponente de la luna. Nos asomamos cuando se esconde el sol porque somos noctámbulas y así podemos volar a nuestras anchas por los grandes prados.

Llegamos a la Finca Luz de Alba hace tiempo. Cuesta encontrar un sitio adecuado para nosotras. Decidimos quedarnos aquí porque es un lugar natural, rodeado de árboles, ríos y lagos que para nuestra supervivencia es ideal, ya que nuestro hábitat es principalmente húmedo. Durante el día nos quedamos debajo de las cortezas de los árboles y en zonas pantanosas. Necesitamos el verde de la naturaleza para poder desplegar nuestras alas y brillar allí donde vayamos. Nos encanta este lugar porque es 100% ecológico y eso se nota. Aquí estamos a salvo de todo. No tenemos miedo de campar a nuestras anchas en la noche manchega. Necesitamos oxígeno para brillar y podemos asegurar que aquí es puro.

Las personas que habitan en esta finca se quedan despiertas para admirar la luz que se enciende debajo de nuestro abdomen. Brillamos en la oscuridad y dejamos a los humanos con la boca abierta. La ciencia dice que brillamos porque tenemos órganos lumínicos bajo el abdomen y que cuando absorbemos oxígeno mezclado con nuestras células se crea una sustancia llamada luciferina, y así nos encendemos sin necesidad del calor. Lo que no saben es que nosotras usamos esa luz para encontrar una pareja adecuada. Si nos gustan las intermitencias que nos hacen las repetimos para que sepan que son de nuestro agrado. Pero no se lo contéis a nadie que es nuestro
secreto 😉

Es curiosa la vida en la Finca Luz de Alba. Elaboran una sustancia líquida que brilla como nosotras. Los humanos lo llaman aceite y según hemos oído es un alimento de lo más sabroso. Sale de los olivos que hay en la propia finca y su cultivo, cuidado y elaboración es totalmente ecológica. Lástima que nosotras sólo comamos caracoles, larvas y babosas…

¿Os he contado ya que nos llamamos luciérnagas? Acuérdate de nosotras cuando vengas por la Finca Luz de Alba. Más de una noche nos verás aletear y brillar como pequeños farolillos. Te esperamos en este lugar de la mancha de cuyo nombre nosotras tampoco nos acordamos, pero seguro que vosotros sí.

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